¡ABAJO EL ARRIBISMO, RESPETEMOS, NO A LAS ZEDE!

¡ABAJO EL ARRIBISMO, RESPETEMOS, NO A LAS ZEDE!
Por Karla Lara

El 15 de Septiembre, día en el que las oficialidades de la región centroamericana celebran el día de una Independencia que no existe, en Honduras, la Comisión Nacional de Lucha contra las ZEDE y en Defensa de la Soberanía Nacional convocó a movilización y evento político cultural en varias regiones de Honduras, posterior a una convocatoria que ya circulaba y entiendo que bajo consenso de las partes, del Partido Libertad y Refundación - LIBRE en Tegucigalpa, se sumó a la misma, de tal manera que en la convocatoria aparecían ambos espacios políticos, el primero del movimiento social y popular, y el otro, partidario.

Sumarse, no es montarse en, y ojalá tengamos la capacidad de centrar el debate sobre estas prácticas continuas de parte de un partido político que repite una y otra vez, prácticas parecidas o calcadas del tradicionalismo político partidario del que, a todas luces, está cansada la gente. Las que caminan se exponen, organizan el barrio, arman las comisiones, ponen de su pisto, colocan sus esperanzas de cambio, en esa estructura y para ese proceso.

Todo se preparaba en el escenario para recibir a quienes llegaran con la movilización, se esperaba abrir con danzas folklóricas pero a minutitos del arribo de la gente, todas y todos los “arribistas” ya habían ocupado el lugar de quienes danzarían, no dejaban extender la manta del Movimiento Nacional contra las ZEDE, con fuerza, se impusieron las que cargaban la de los Presos Políticos exigiendo Libertad, toda la estructura de “seguridad” estaba a cargo del Partido LIBRE, el enorme arreglo floral, que a juzgar por su tamaño hubiese ajustado para pagarnos aunque sea el transporte a quienes llegamos a cantar; poco le importó al Chele Castro atropellarlo, por ejemplo, cuando airadamente se mantuvo en el lugar que no le correspondía al momento de la lectura del posicionamiento del Movimiento contra las ZEDE.

Yo no podía dar crédito a lo que mis ojos miraban, parada un poco más atrás de donde se empujaban y se amontonaban para aparecer al lado de Xiomara Castro, dando el ejemplo mas vulgar de arribismo que en persona haya presenciado. En medio de ese penoso acto me anunciaban para cantar el himno nacional en la versión de la Resistencia, como estaba acordado en el programa y por la única razón que estaba en el mismo escenario que ellos y ellas.

Era imposible entrar a ese tumulto, además, yo no soy política en puesto de elección popular, soy una trabajadora del arte y no tenía porqué disputarme un lugar para cantar, queriendo mover el estorboso cuerpo, por ejemplo, de alguien que nunca ha hecho nada como regidor de la alcaldía en su administración actual y ahora pretende ser alcalde del Distrito Central, ni de otro montón de gente que no tiene ningún merecimiento de estar a la vista de quienes podamos reconocer por una posición congruente y militante en la lucha contra las ZEDE ahora, ni contra el modelo extractivista en general, como desde hace muchos años lo vienen sosteniendo los pueblos indígenas y comunidades organizados en diferentes espacios políticos del enorme movimiento en defensa de los territorios.

Soy crítica de las prácticas que viene normalizando LIBRE, desde la autoridad moral que me otorga ser habitante del mismo territorio que aspiran gobernar, territorio por el que canto y lucho junto a mucha gente mas, la que me encuentro en plantones, movilizaciones y muchas otras acciones, lo que sea que hagamos, en la que NUNCA aparecen esos mismos que se codeaban y atropellaban por tener su foto y su minuto de gloria.

Me parece indigno confundir sumarse con montarse, me parece indigno normalizarlo, me parece indigno que me pidan el voto personas que desde abajo las vemos comportarse de esa manera, y frente a mi grito desesperado, lloroso, escandalizado de esa barbarie, debo rescatar que la única que reaccionó con sensatez, respeto y congruencia fue Xiomara Castro y las compañeras de la Secretaría de la Mujer que habían subido junto a ella al escenario y se bajaron.

El resto se hicieron los sordos, por no decir la palabra que comienza con “p” y les define con mayor exactitud.

Porque pendejas nosotras y nosotros si que no somos, les vimos en la exactitud de su necesidad de figurar sin hacer nada, de montarse en una fecha que es para conmemorar algo que nos supera y compete a toda la población de este territorio, y es el despojo y violación de soberanía de esos narcotraficantes organizados en la estructura delincuencial del Partido Nacional en alianza con liberales también narcos y toda la institucionalidad nacional e internacional que sabiendo que son narcos, les da la mano, les habla como si tuviesen una pizca de decencia, hechor y consentidor… el resto del dicho, ustedes lo conocen. Ojalá así reconociéramos la vulgar diplomacia del mundo que nos tiene en tal desgobierno.

Nos quieren dejar sin la Honduras que somos, del tamaño que tiene, del tamaño de la riqueza natural que se quieren apropiar, del tamaño de la avaricia de unos pocos que no decidirán porque no se los vamos a permitir, luchando, organizándonos, como hasta ahora se ha venido haciendo.

Los que el 15 demostraron solo arribismo en ese acto bochornoso del que solo pude evidenciarles, gritándoles, llorando en una reacción propia de quienes nos duele verles haciendo eso, quizás porque la ingenuidad me hace pensar que es tal la amenaza que se cierne frente a las ZEDE de perder el nombre del país, el lugar donde nacimos y crecimos, la calle donde jugamos, la casa, el árbol, el río, la montaña, los parientes, los olores, las costumbres, el maíz, el origen; que ese día si lo respetarían, porque no van a tener casilla, ni partido, ni yo canciones, si nos dejamos arrebatar el país.

Hablen de mi “histeria” quienes no quieran hablar de lo importante, su falta de congruencia e incapacidad de sumarse a algo con respeto a quienes históricamente levantan banderas de uno y otro tema, que siempre a LIBRE les resultan ajenas pero convenientes cuando se asoman las elecciones.

Copio textualmente lo que se logra entender entre mis gritos y desesperación, de un video que circula entre alguna gente, dije:

Hagamos un ejercicio de renuncia al privilegio, respeten el arte, respeten la música, respeten la Patria, porque aquí no estamos en un acto político partidario, estamos defendiendo la soberanía, de NO a las ZEDE, el 15 de Septiembre las hijas de Morazán y Josefa Lastiri vinieron al parque a decir que la patria no se vende… entonces bájense de aquí. ¡Respeten la Patria! …
Aquí estamos un montón de gente, ¿y no somos el Partido del Pueblo? Entonces bajen donde está la gente, ese es el ejercicio de renuncia… Por los presos políticos, ¡Libertad!  ¡NO a las ZEDE! ¡Qué viva el Movimiento Nacional de Lucha contra las ZEDE! ¡Qué viva el pueblo en resistencia!"
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Desde esta reflexión abrazo a Fernando García, infatigable luchador, investigador minucioso y valiente que con constancia y honradez nos hace entender la dimensión del oprobio de este adefesio de las ZEDE y quiero que sepa que respeto su corazón conflictuado entre su pertenencia política de movimientos, su pertenencia política partidaria y su incuestionable y ejemplificante amor a Honduras.

Desde esta reflexión invito a quienes pertenecemos al movimiento social y popular a sostenernos en nuestras luchas, a abrir nuestras propias posibilidades de diálogo interno y a reconocer que no hacer política partidaria no significa detractarla, pero que nos asiste todo el derecho a criticarla. Los votos de santidad no son políticamente correctos, hay arribismo dentro del movimiento social y popular, hay verticalidad también, y toca desaprender y no perder nunca la capacidad de cuestionar y cuestionarnos a lo interno.

Desde esta reflexión también esperaría tener la capacidad de reconocer que hay mucha gente del movimiento social y popular que está dentro de las estructuras de Libre y muchas de ellos y ellas con actitudes distintas, cuídense mucho que nos les arrastren esas prácticas tradicionales, sigan siendo y estando en lo que siempre han estado, es una honra encontrarles en los caminos que nos juntan y reconocer que a pesar de las dificultades de la verticalidad, procuran construir prácticas diferentes.

Y desde mi canto, le reitero a Xiomara Castro, mi respeto y mi agradecimiento por el gesto de haber bajado del escenario, esperando, como ella, que un día entendamos que nuestras acciones son vistas, solo porque somos personas públicas, y eso es una enorme responsabilidad que toca asumir, aunque a veces sintamos miedo de ser quienes somos, y sabiendo que importa lo que digo y lo que dejo de decir, espero con el corazón que usted gobierne y que a los arribistas se los baje usted, porque ya vio, ellos ni gritándoles y exponiéndolos se bajan de nada.