Cuarto poder

Cuarto poder
Por Gilberto Vásquez

La expresión de Cuarto Poder se le atribuye a Edmund Burke, escritor, orador y político famoso e influyente en su época quien la pronunciaría en el debate de apertura de la Cámara de los Comunes del Reino Unido en 1787. En su discurso, Burke dijo que había tres poderes en el parlamento; señalando que en la tribuna de prensa era donde se sentaba el cuarto poder, de lejos, más IMPORTANTE que todos ellos.

Cabe destacar que en ese momento la prensa ocupaba el cuarto espacio de los escaños en el Parlamento inglés, al lado de quienes ocupaban los otros tres: los Lores Espirituales (representantes de la iglesia), los Lores Temporales (la nobleza) y los Comunes (los políticos).

En tiempos modernos, muchos críticos consideran que la prensa no se limita a reflejar la opinión pública, sino que puede crear esa misma opinión pública, proporcionando la casi totalidad de la información con la que esta cuenta en cualquier momento dado.

La información es poder

Y es que el poder de una nación radica en su pueblo por lo tanto aquellos que se vuelven la voz de este, automáticamente se revisten de ese poder.

El periodista no puede callar, la noticia es su sangre y encuentra en la verdad, en la pureza de esta su razón de existir. Si la ética falla y la imparcialidad no es aplicada toda la sociedad corre el riesgo de recibir una mentira que al final se traduce en debilidad, una opinión colectiva falsa por desinformación.

En Honduras el periodismo casi de forma general dejó de ser una profesión honesta, imparcial y ética, salvo excepciones muy puntuales de periodistas que sienten la convicción de hacer uso de la libertad de prensa y cumplir a rajatabla su misión de informar que no es otra cosa que garantizar el derecho del pueblo a recibir la noticia sin censura ni control por los poderes del Estado o intereses particulares. Pero esto sólo se puede lograr si el periodista, sus fuentes y su casa editorial no están comprometidos previamente por prebendas con los grupos de poder, llámese gobierno, iglesia o oligarquía.

El gran problema de la mayoría de periodistas hondureños es que quieren conservar su reputación imparcial y enarbolar la bandera de la ética y que su palabra se tome como honesta, pero las evidencias de sus comentarios y sus acciones dicen lo contrario. Un ejemplo claro de este periodismo cambiante en base a intereses políticos y de publicidad es UneTV, un medio que un tiempo fue la voz del pueblo por excelencia, con reportajes IN SITU, y con una crítica acérrima al gobierno; de eso nada queda ya. Hoy la dirección de su crítica la marcan otros vientos.

Y así los diferentes medios populares que en base al amarillismo, sensacionalismo y nalgas tienen su audiencia y utilizan esa popularidad para hacerle publicidad al gobierno corrupto. En lo particular acepto que alguien por convicción en un principio haya defendido ingenuamente el accionar del gobierno, pero por la naturaleza del periodista cuando los hechos hablan, no hay margen al engaño, y deben de seguir el curso de la noticia y cambiar su posición a favor de la realidad inminente.

El gobierno está equivocado, el pueblo tiene la razón. No cambia el periodista, no tiene porqué hacerlo, cambia la noticia por eso debería de cambiar su postura para garantizar la objetividad y reconocer públicamente que su opinión primaria fue errada.

El pueblo sigue esperando su voz y parece haberla encontrado en El Perro Amarillo, un programa beligerante, confrontativo, pero sobre todo de calle, periodismo real...

y así como este hay unos pocos más que hacen que la verdad de lo que acontece en las calles, detrás de las cortinas del Congreso Nacional de la República (CN) y en la presidencia salga a la luz. El resto de aquellos que se dicen periodistas no son más que prostitutas de oficio, mercenarios de lápiz, cámaras y micrófonos al servicio del régimen que les llena la conciencia con contratos publicitarios jugosos.

El gobierno nacionalista a evidenciado su falsedad y el periodismo en su mayoría a comprobado que no tiene opinión propia, mucho menos llegar a ser ese cuarto poder.