CASO BOGRÁN: LA CONDENA DEL CHIVO EXPIATORIO

CASO BOGRÁN: LA CONDENA DEL CHIVO EXPIATORIO
Por Milton Benítez

Marco Bográn, director de INVEST-H.  fue encontrado ayer culpable de fraude al Estado.

Hace dos años, y en medio de la terrible incertidumbre de los primeros meses de la Pandemia de COVID-19, Milton Benítez, conductor de nuestro programa El Perro Amarillo TV, emplazó públicamente a Bográn, director de Inversión Estratégica de Honduras – INVEST-H, por la estafa de los hospitales móviles. Un acto de corrupción que resultó mortal. Nunca sabremos cuántas víctimas hubieran podido salvarse si esos hospitales “móviles” hubieran llegado a Honduras.

En esa transmisión del 23 de abril de 2020, Milton llamó a Bográn y le preguntó desde su programa: “usted dijo que los hospitales móviles se estaban elaborando en Turquía y ahora dice que son de una empresa estadounidense, ¿a qué obedece tanta improvisación, tanta mentira, sobre un dinero que hoy, -ya el pueblo conoce-, se han robado en buena parte?Marco Bográn negó las imputaciones y Milton lo retó a que renunciara a su cargo si él le comprobaba que sí había habido corrupción en la compra de esos hospitales de emergencia para combatir la pandemia.

Nuestra investigación demostró, en ese momento, que Bográn realizó la compra de los famosos hospitales, sobrevalorada en 48 millones de dólares, a ELMED MEDICAL SYSTEMS, una empresa de maletín radicada en Estados Unidos y registrada a nombre del guatemalteco Axel López.

Cuatro meses después de la transacción irregular, el Ministerio Público – MP le comunicó a Bográn acerca una investigación en curso por los delitos de abuso de autoridad, fraude y malversación de caudales público. El 26 de junio de 2020, Bográn renunció a su cargo en INVEST-H. Vale destacar que el MP solicitó información sobre el caso a nuestro equipo de investigación.

El caso conocido como “La estafa de los hospitales móviles” es tan grosero e inhumano que, mientras la ciudadanía temblaba de miedo encerrada en sus casas, alucinando con el alíen del COVID y llorando a sus muertos sin poder velarlos, los voceros de INVEST-H y del régimen Juanorlandista espetaban el cuento de que los hospitales navegaban en el océano atlántico desde Turquía, rumbo a estas honduras.

Tras meses de espera, el pueblo recibió varios contenedores de chatarra a los que, al mejor estilo surrealista, seguían llamando hospitales.

Un año después de que nuestro medio retara públicamente al director de INVEST-H, el 8 de abril de 2021, Bográn fue capturado por las autoridades de la Agencia Técnica de Investigación Criminal – ATIC.

Ayer, finalmente, el Tribunal de Sentencia en Materia de Corrupción declaró culpable a Marco Bográn por la estafa de los hospitales móviles. Un caso más que la “justicia” hondureña apaña. Si bien es cierto que Bográn tiene un alto grado de responsabilidad, es imposible que haya actuado solo. El chivo expiatorio podría enfrentar una pena de diez a once años de prisión, más una multa por la cantidad o el triple del valor defraudado.

“Buenos días, querido Marco. Acabo de hablar con el presidente (Juan Orlando Hernández). Yo le propuse que todo lo que son insumos y temas vinculados al tema de salud, todo, todo, lo compremos a través de INVEST-H. Y me dijo que sí.” Un fragmento del audio filtrado de la voz de Rocío Tabora, ex ministra de Finanzas en una conversación privada con Bográn. También bajo las órdenes del expresidente, y recientemente extraditado Juan Orlando Hernández, Alba Consuelo Flores, ex ministra de salud, autorizó la contratación directa de los hospitales a través de INVEST-H.

Por otro lado, en el consejo directivo de INVEST-H, y “representando a la sociedad civil”, entidades como el Consejo Hondureño de la Empresa Privada – COHEP, dirigido en ese momento por Armando Urtecho y el Foro Nacional de Convergencia – FONAC comandado por Omar Rivera, integraron la veeduría social que autorizó la compra. Ninguno de ellos denunció las irregularidades.

Si vamos a hablar de justicia, la condena de Bográn debería ser el comienzo. Sigue pendiente que se requiera a los cómplices de este acto deleznable de corrupción, que alcanza nuevas aristas bajo la lupa transparente del gobierno de la presidenta Xiomara Castro. El 25 de febrero de este año, Rixi Moncada, actual ministra de la secretaría de finanzas - SEFIN, denunció que el dinero para la compra de los hospitales móviles salió directamente de SEFIN, y que fue Rocío Tabora quién pagó los 48 millones de dólares a través del Banco Central de Honduras – BCH. Sin embargo, el egreso está registrado como inversión en el Fideicomiso de Infraestructura Vial, suscrito entre INVEST-H y el banco BAC Honduras de Jacobo Atala.

Si INVEST-H ordenó el pago de los hospitales a través del fideicomiso, y ese dinero jamás salió de allí porque SEFIN lo pagó directamente a la empresa de la estafa, ¿dónde están los 48 millones de dólares que Tabora suscribió en el fideicomiso de BAC?

La condena de Marco Bográn, deja más preguntas que respuestas y un hueco en el pecho del pueblo hondureño que comprobó, durante la pandemia, que la corrupción elevada por la Narco-dictadura, no tiene límites.