PSICÓPATAS: ¿PODER, CÁRCEL O CEMENTERIO?

PSICÓPATAS: ¿PODER, CÁRCEL O CEMENTERIO?
Por El Perro Amarillo

“El psicópata solo puede estar en tres lugares: en el poder, en la cárcel o en el cementerio”, explicó a este equipo de investigación, Daniel Herrera Salinas, psiquiatra y analista político. La psicopatía es un trastorno de personalidad caracterizado por la anestesia afectiva, ausencia de remordimientos y una gran capacidad de destruir, mentir y falsificar la realidad. Los psicópatas pueden clasificarse en tres grupos: los melancólicos que fracasan y terminan en la cárcel; los que con frecuencia se meten en situaciones dónde pueden ser asesinados, terminando en el cementerio y, el último grupo, los psicópatas exitosos dónde destacan políticos y empresarios.

Juan Orlando Hernández, horas antes de su extradición a Estados Unidos por sus vínculos con el narcotráfico, declaró en un vídeo: “soy inocente, he sido y estoy siendo sometido a un proceso de manera injusta”. Este nuevo cúmulo de mentiras, sin más salida que enfrentar el proceso judicial, son propias de un mitómano y confirman la tesis que ha sostenido El Perro Amarillo desde hace más de dos años: la conducta de Juan Orlando Hernández es propia de un psicópata.

El nivel de psicopatía de Hernández logró pervertir la Constitución de la República, la Corte Suprema de Justicia y todos los entes encargados de perseguir la corrupción. Para ello, Hernández utilizó a los medios de comunicación, quienes crearon una realidad paralela naturalizando la corrupción bajo el argumento que “el sistema es así y no se puede modificar”, rindiendo pleitesía a un narcotraficante que hizo de Honduras un centro logístico para el tráfico de drogas.

Herrera Salinas concluye que: “el psicópata es incurable, no tiene tratamiento. Lo único que hace la justicia norteamericana, en el caso de la familia Hernández, es meterlos a la cárcel, condenarlos de por vida porque son altamente peligrosos”.