Yani, el protegido de la “justicia” hondureña

Las elecciones internas del 14 de marzo recién pasado fueron determinantes para medir la fuerza de actores políticos en Honduras. Después del escrutinio, irregular y extendido (duró casi un mes), el “nuevo” Consejo Nacional Electoral - CNE, anunció que el candidato a la presidencia más votado del Partido Liberal es Yani Rosenthal, un ex convicto, condenado a 3 años de cárcel por lavado de activos (derivados del narcotráfico) en la Corte Federal de Manhattan en Nueva York.

Está visto que Yani pagó su condena en el país del norte, sin embargo, en Honduras tiene sendas cuentas pendientes: el 24 de abril de 2020, meses antes de su retorno, el Juzgado de Letras de Privación de Dominio de Bienes de Origen Ilícito con Jurisdicción Nacional emitió una sentencia de incautación de bienes en su contra (Exp. 92-1025), por el delito de lavado de activos. Actores del sistema jucicial escondieron el expediente, hasta que llegó a manos del equipo de investigación de El Perro Amarillo el 9 de febrero de este año. Por otro lado, la familia Rosenthal ha ignorado el derecho a prestaciones laborales de más de 300 ex empleados (solo del Diario Tiempo), una de tantas empresas del conglomerado de Los Rosenthal que ha condenado a cientos de familias a enfrentar la pandemia y los huracanes en total abandono, después de servirles durante décadas.

Con base en la narrativa anterior, caen totalmente fuera de lugar las declaraciones de Wilfredo Méndez: ¿cómo un defensor de Derechos Humanos intenta construir una víctima a partir de un criminal?