HÉROES NO: ¡MENDIGOS!

HÉROES NO: ¡MENDIGOS!
Por El Perro Amarillo

Siete alcaldes hondureños lanzaron un grito de auxilio y piedad tierra afuera. Esta “súplica” de los ediles parecería un acto altruista… ¿Eficientes representantes de sus jurisdicciones? Con su petición, plasmada en un video que circuló en redes sociales, lograron la gestión de un puñado de vacunas que siguen siendo insuficientes para cumplir con las necesidades de su pueblo, carente de sistema de salud debido a la privatización promovida por el Estado.

Sumemos a la tragedia que Nayib Bukele, a quien los alcales le pidieron el “favor”, es el jefe de Estado de El Salvador (vecino de Honduras), y su responsabilidad para paliar los efectos de la pandemia está con los salvadoreños. Porque el “responsable” de los hondureños no parece ser una opción: Juan Orlando Hernández (JOH) tiene mejores cosas que hacer antes de enfrentar la pandemia en favor de los más necesitados.

Tristemente, el salvador de los hondureños no está en Honduras. Antes que poner en escena ese acto de mendicidad que le representaron a Bukele, el grupo de políticos debió ejercer su papel principal: como opositores de JOH, debieron hacer oposición. Tendrían que exigir, demandar la acción oportuna del régimen, más ocupado en enmascarar sus actividades ligadas al narcotráfico que de procurar la adquisición de los millones de vacunas necesarias para su gente.

No es solo que JOH no tome las acciones necesarias y se haga responsable de la situación sanitaria del país, sino que ciertos opositores también carecen de iniciativa e interés en resolver, más allá de aspavientos y presentarse ante el ojo público como “representantes” de los verdaderos intereses de los hondureños en medio de la pandemia.

Los alcaldes incurrieron en la misma inacción del narcoestado y recurrieron a un agente externo quien, teniendo en cuenta sus propios intereses, ahora se presentó ante los ojos del mundo como una especie de salvador.

A pocas horas de que Bukele afirmara que donaría vacunas a los 7 municipios de Honduras, el narcoestado encabezado por JOH anunció un acuerdo con el país vecino para “romper el bloqueo geopolítico y comprar la vacuna de China continental”.

Pero ese bloqueo fue sentenciado por el propio JOH al desconocer a China en favor de Taiwán. Honduras no tiene relaciones diplomáticas con el gigante asiático, gracias a la postura de JOH, pero ahora necesita de las vacunas “comunistas”. ¿Levantaron entonces su voz esos alcaldes?

Mientras tanto, más hondureños pierden la vida, puestos entre la espada y la pared: por una parte, la pandemia y la falta de vacunas; por la otra, un sistema de salud deteriorado con premeditación, incapaz de encarar con éxito la situación.

Al ritmo actual, no se presenta en el horizonte un fin para la pandemia en Honduras. Menos de 3 mil personas han recibido la vacuna completa (por debajo del 0,0% de la población) y otras 55 mil llevan al menos una dosis. Menos del 1% de los habitantes del país han sido vacunados hasta la fecha.

Ya son más de 5,700 las personas fallecidas por COVID-19 en Honduras. Las millones de personas que todavía viven en territorio hondureño esperan por la vacuna no solo para evitar sumarse a la estadística, sino para recuperar cierta normalidad, sanitaria y económicamente hablando, en medio de un escenario de desolación y desamparo gubernamental.