“INDEPENDENCIA”: EL ÚLTIMO ESPECTÁCULO DEL NARCO-ESTADO

“INDEPENDENCIA”: EL ÚLTIMO ESPECTÁCULO DEL NARCO-ESTADO
Por El Perro Amarillo

“NARCO PARTIDO ¡NUNCA MÁS!” quedó grabada la voz del pueblo en las paredes del centro de la capital de Honduras. Fotografías de las víctimas de la Narco-Dictadura encontraron un lugar especial. “NO ZEDES, HONDURAS NO SE VENDE” se alzó el reclamo en pancartas y consignas que se gritaron a todo lo largo de la caminata pacífica que recorrió el boulevard Morazán hasta el Parque Central. La movilización terminó amontonada en un mitin observado con júbilo por el General Francisco Morazán… desde lo alto, en el mero centro de Tegucigalpa.

Como en los días de la lucha contra el golpe de Estado, la cantora Karla Lara entonó el himno nacional de la resistencia, esa hermosa y valiente afrenta musical a la hipocresía de la “educación cívica” que jamás ha contado la verdadera historia de Honduras, mucho menos alcanzado a reconocer los símbolos del pueblo. Karla, con la indignación atravesada en la garganta, puso a temblar la tarima con un grito desgarrado que hizo homenaje al propósito urgente de la movilización: “¡Estamos aquí para protestar contra las ZEDE, no para hacer discursos electoreros!”.

De golpe recordamos el zarpazo a la democracia clavado también en los corazones ajados del pueblo, para imponer la dictadura, que hoy exhibió, en el aire, a hombres del pueblo que saben que este es el último espectáculo de un narcotraficante que bien puede celebrar 200 años de esclavitud obrero-campesina. La exhibición tuvo lugar en un estadio construido por otro dictador, el General Tiburcio Carías Andino, quien heredó a Hernández el látigo de los españoles para continuar sometiendo al pueblo.

En este país, dividido por el poder, donde se cantan dos himnos nacionales, se debate entre dos colores “oficiales” de la bandera nacional, donde “Juanchis” discursa sobre la Honduras de aquí y la Honduras de allá; también tenemos dos desfiles del 15 de septiembre: el que exhibe la fuerza militar que sostiene a la Narco-Dictadura y le cuesta al pueblo miles de millones de lempiras, y el desfile-movilización que exige respeto a la soberanía nacional, transgredida, en su versión más obscena, con la leguleyada llamada ZEDE.

Hace 12 años se marcó esta senda de protestas auténticas en resistencia; el movimiento social, obrero y campesino, de la mano de maestros y ciudadanos de a pie, decidimos acompañar al profesor Roberto Ordóñez (víctima del flaco y privatizado Sistema de Salud), quien fuera entonces el director del Central. El legendario Instituto Central Vicente Cáceres, desconoció el desfile donde se ha confundido al pueblo con el verde olivo, el de la nefasta costumbre de hipersexualizar a palillonas y pomponeras exhibidas para el consumo mediático. El pueblo no sabe de frivolidad ni de espectáculo vacío.

Hoy caminamos con el recuerdo vivo de la lucha del Bloque Popular, de la Coordinadora Nacional de Resistencia, que desde el 2009 alzaron la bandera por una verdadera independencia. Hoy caminamos por el respeto a la soberanía, y se sumó el color amarillo de la HONDURAS HUMANA a la expresión del pueblo que lucha por ser LIBRE. Hoy podemos asegurar que, en 2022, el Instituto Central Vicente Cáceres redoblará los tambores de la auténtica lucha popular. Solo en los brazos alzados de un hombre o una mujer del pueblo, la bandera de Honduras alcanza su valor de auténtico símbolo nacional.