BID: ENDEUDAMIENTO CRIMINAL Y VIOLENTO
El BID, desde Washington, ha financiado corrupción en Honduras. El gobierno entrante de Xiomara Castro deberá estar a la altura de la expectativa sembrada en el pueblo hondureño, y enfrentar de inmediato estos actos criminales de la banca internacional. Una forma de violencia que surge de validar, durante años, la corrupción institucional que estos bancos han tenido a la vista.
El Banco Interamericano de Desarrollo – BID ha financiado proyectos fantasmas como el Trans-450, hidroeléctricas que atentan contra los pueblos originarios y el medioambiente como el proyecto Jilamito en Atlántida; incluso han favorecido empresas de funcionarios públicos. En 2015, por ejemplo, el BID permitió al político liberal Elvin Santos, modificar contratos de carreteras a su favor.
Honduras es uno de los países más pobres de la región y a la vez uno de los más endeudados con el BID. Durante más de cinco décadas, los gobiernos hondureños han garantizado a este banco más de 6,249 contratos valorados en 574 mil millones de dólares. Y de estos contratos, solo 903 proyectos se reportan como concluidos. Solo este dato debería ser motivo de auditoría.
Eduardo Almeida, representante del BID en Honduras declaró en un medio nacional, en septiembre de 2021, que el banco decidió suspender los créditos en razón de esperar “estabilidad política” en Honduras (previo a las elecciones ganadas por Xiomara Castro) y admitió estar en conocimiento de proyectos que nunca se concluyeron. ¿Por qué no actuaron antes? ¿Haber estafado al pueblo no fue motivo suficiente para suspender los préstamos?. Sin duda, esta deuda externa fraudulenta, al reducir los recursos disponibles para garantizar derechos a la población, se vuelve criminal y genera violencia.
