Las primarias en Honduras, un espejismo

Hoy se lanzó la campaña por los comicios primarios en Honduras, desplegada en un ambiente denso, atravesado por la desconfianza, bajo dictadura y pandemia, sin las prometidas reformas electorales, de la mano de un Narco-Estado reconocido por la corte de Nueva York, bajo la sombra una nefasta administración de país cuya dolorosa evidencia es el éxodo en caravana de familias enteras que prefieren cualquier destino, antes que poner su futuro en manos de Juan Orlando Hernández y su camarilla.

Los tres partidos políticos: Liberal, Nacional y Libre, se enfrentan en una contienda electoral con más de 40 mil precandidatos a diputaciones, alcaldías y la silla presidencial, inscritos por el “nuevo” Consejo Nacional Electoral – CNE, para competir este próximo 14 de marzo. Mientras los políticos discursan detrás de sus mascarillas KN-95 y promenten a daminificados “una vida mejor”, colapsan las salas de UCI de los hospitales públicos del país con pacientes positivos de COVID-19, consecuencia de la negligencia y el robo descarado de los rescursos del Estado por parte de funcionarios públicos y empresarios sin corazón.

Una fuente cercana al equipo de El Perro Amarillo, compartió el video que adjuntamos: “Le envío un video de cómo los del Partido Nacional tienen a la gente -de los votos rurales- haciendo una larga fila. ¿Cómo es que acostumbraron al pueblo a pedir o depender de una pírrica ayuda, en lugar de dignificar al ser humano con un trabajo honesto? Yo creo que es algún bono en un banco que está ubicado en el centro comercial”. En el video, registrado en la ciudad de Comayagua, la fila inicia en el Mall Premier y rodea por completo la escuela Manuel Andara. La actividad se ha venido realizando durante varios días, al menos una semana de largas filas.

Estas elecciones, un poco más que otras, tienen ilusionada a la clase política que, al parecer, aún no es consciente de su percepción invertida de la realidad. Esa fila de rostros expectantes, los pies cansados, las figuras tristes repetidas a lo largo de la vereda, parecieran ser sujetos sin voluntad, pero no es más que un espejismo, la ilusión óptica de quienes se han robado este país. La verdad fresca logró atravesar las capas calientes de la mentira, los hondureños despertaron y hoy están lejos de canjear el hambre por el voto que los corruptos alucinan comprar.

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