XIOMARA CASTRO: SUEÑO DE LOS POBRES, PESADILLA DE LOS PODEROSOS

En Honduras, una clase media desfigurada (1) y los pobres de siempre, son las víctimas de la Narco-dictadura, del “poder” que el pueblo ya conoce por sus nombres y apellidos: Carlos Flores Facussé, Camilo Atala, Guillermo Bueso, Fredy Nasser, Jorge Canahuati, Alberto Díaz Lobo, Juan Orlando Hernández, y unos cuantos más.

En este país desapareció el enemigo de clase “en abstracto”. Eufemismos manoseados por la prensa “políticamente correcta”: poderes fácticos, grupos de interés, actores políticos, e incuso oligarquía; no alcanzaron para solapar a los corruptores. El pueblo hondureño hizo realidad el sueño de vencerles en las calles y en las urnas.

Más de un millón 700 mil hondureños decidieron votar por la coalición liderada por Xiomara Castro, del partido Libertad y Refundación - LIBRE, en las elecciones de noviembre del año pasado. Esos hombres y mujeres que eligieron dejar atrás 12 años de Narco-dictadura, entraron por primera vez al recinto de su Congreso, se tomaron la Imprenta Nacional para estampar su decisión en la Gaceta y acaban de celebrar la toma de posesión de su presidenta. Viven la euforia y la alegría de verse dignificados en el ejercicio del poder popular.

Del otro lado, ellos, los poderosos, están angustiados. Son víctimas de una pesadilla que jamás vislumbraron. El pueblo le arrebató el poder a seres de carne y hueso. La creatividad popular no ha dejado títere con cabeza: Carlos Flores Facussé, un viejo liberal que ha mandado por décadas en Honduras comprando funcionarios, gargantas y plumas desprestigiadas (2); Camilo Atala, el rey de los fideicomisos, un banquero que ha engordado la marca Ficohsa a punta de contratos dolosos con el Estado; Guillermo Bueso, acérrimo competidor de Camilo, juega con las mismas trampas la partida por el negocio de la energía; Alberto Díaz Lobo no se cansa de re-cobrar por re-pavimentar; y qué decir de Juan Orlando Hernández, el dictador derrotado, el jefe del Cártel, el corruptor entregado por sus propios artífices.

Los perdedores continúan complotando para retardar el final de su proyecto de muerte, impuesto en 2009 con un golpe de Estado al ex Presidente José Manuel Zelaya Rosales (esposo de la presidente Xiomara Castro), quien intentó un gobierno reformista y popular que comenzó a incomodar al poder. El plan de los derrotados es tan perverso como simple. Ante la irreversible pérdida del ejecutivo, para evitar la cárcel y blindar sus negocios, intentan controlar los otros dos poderes del Estado: el Congreso Nacional y las instituciones del poder judicial.

A inicios de 2022, una semana antes de la elección de la Junta Directiva Provisional del nuevo Congreso Nacional – CN, los diputados de LIBRE, Jorge Cálix, Beatriz Valle y Edgardo Castro, iniciaron una repentina campaña mediática contra el acuerdo entre el Partido Salvador de Honduras – PSH y LIBRE, que comprometía a las dos bancadas a llevar a Luis Redondo, diputado por el PSH, a la presidencia del Congreso.

El coordinador de LIBRE, Manuel Zelaya, convocó a una asamblea a los diputados propietarios y suplentes. Los 20 parlamentarios “disidentes” no se presentaron, y la presidenta electa, Xiomara Castro, tomó partido: “no seré juramentada por un presidente del Congreso Nacional surgido de la traición.” refiriéndose a Jorge Calix.

El pueblo hondureño, indignado, acudió al llamado de Xiomara Castro para defender su Congreso. Los diputados traidores de LIBRE fueron expulsados por decisión unánime. Castro convocó a una vigilia para resguardar el CN y garantizar la juramentación de una directiva a favor del pueblo. En esa histórica noche lluviosa la primer presidente mujer de Honduras ordenó: “al comisionado de la policía, le pido que retire las vallas. ¡Este congreso es del pueblo!.”

En poco tiempo se hizo evidente la mano detrás de la “crisis parlamentaria”. El 23 de enero, día establecido para juramentar la nueva directiva del CN, la población se mantenía en el hemiciclo y, seis minutos antes de dar inicio el acto, circuló la convocatoria de “otra” sesión que tendría lugar en un club campestre, de forma virtual, para evitar “poner en riesgo la integridad física de los parlamentarios”. En ese balneario privado, 44 diputados del Partido Nacional – PN, 15 del Partido Liberal – PL y 19 expulsados de LIBRE, juramentaron la otra directiva.

En el instante, circuló en las redes sociales evidencia contundente. “Jorge Calix al estilo narco-cachureco”, es el título de un video del helicóptero que transportó a Jorge Calix desde la capital, propiedad de Tony Hernández (hermano de Juan Orlando Hernández) preso por narcotráfico en Estados Unidos. También se hizo viral la foto del ex convicto Yani Rosental, en el lugar de la acción performática. Una vez más, el poder comprueba su capacidad de sumar voluntades. Jorge Cálix y Beatriz Valle, quienes se pronunciaron por años contra el Narco-Estado, hoy son sus mejores aliados.

El estira y afloja en torno a la elección del presidente del poder legislativo logró que los diputados Sergio Castellanos y Meibi Ortíz, expulsados de LIBRE, renunciaran a la junta ilegitima presidida por Jorge Cálix. Se instaló la junta reconocida por la presidenta Xiomara Castro y, gracias a la acción popular que mantuvo tomadas las instalaciones del Diario Oficial La Gaceta, se publicó el decreto que establece como presidente del nuevo CN al diputado Luis Redondo.

Sin embargo, los perdedores continúan su obstinado curso. El plan se retuerce en torno a rebuscadas acciones legales interpuestas ante la Corte Suprema de Justicia y el Ministerio Público. El nivel de angustia es tal, que el día de ayer el Consejo Hondureño de la Empresa Privada – COHEP, publicó un pronunciamiento para demandar un diálogo urgente para alcanzar “soluciones políticas y amistosas” ya que la crisis “está generando fuertes repercusiones económicas al país”. ¿Por qué no se pronunciaron con la misma urgencia cuando salió, hace unos días, la primera caravana de migrantes del 2022?.

En su escalada golpista, a ellos les preocupa “colocar los bonos soberanos a tazas competitivas”, les preocupan los inversionistas extranjeros. Esa es la única razón de su pronunciamiento. El capital monopólico, los poderosos con nombre y apellido, son los autores intelectuales de esta crisis. Afortunadamente el pueblo aprendió que la Constitución de la República de Honduras le otorga el derecho a la insurrección: “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador.”

Perdedores: ¡Despierten de su pesadilla!. No les queda más remedio que salir de ese extraño y angustioso episodio de parálisis que puede traerles alucinaciones visuales o auditivas. No están muertos. ¡Abran los ojos! disfruten del sueño de los niños inocentes, los migrantes, los presos, los discapacitados, los exiliados, los vilipendiados, los descamisados, los pobres de siempre. Hoy le toca al Pueblo mandar.